¿Será la nueva entrega de Diablo una nueva revolución del género ARPG o pondrá fin a una franquicia legendaria? Hemos probado la beta abierta y te contamos cuáles han sido nuestras Primeras Impresiones de Diablo IV.

Estas primeras impresiones son exclusivamente de esta beta y no de las pruebas que se hicieron del endgame, por lo que solo vamos a hablar de los primeros 25 niveles de juego.

Para los que no conozcan esta franquicia

Para empezar, para los que no conozcan la franquicia Diablo, hay que decir que se trata de una saga mítica de Blizzard (empresa detrás de Wow/Overwatch), de género ARPG, es decir, juego de rol de acción, con ambientación de fantasía oscura.

Es un tipo de juego cuyo principal fuerte radica en el combate de acción donde avanzaremos matando a gran cantidad de enemigos, desde una perspectiva isométrica, utilizando habilidades poderosas que podremos escoger personalizando el estilo de juego de nuestro personaje.

Jugabilidad e historia

En Diablo IV, seguiremos una historia que promete ser interesante, en la que intentaremos salvar a Santuario de Lilith, la hija del Odio, que es invocada de vuelta mediante un ritual oscuro.

Cabe destacar, sobre esta historia que apunta a ser bastante oscura, retomando, un poco, los orígenes de la franquicia. Nos ha gustado mucho el ambiente aciago, triste y deprimente que rezuma toda la trama que hemos podido ver, desde la primera escena. Todo esto contado desde una perspectiva despiadada a la que no le tiembla el puso en mostrar cualquier clase de miseria y toda clase de gore en pantalla.

Libertad de exploración

En lo que respecta a cómo jugaremos la historia, también nos ha gustado mucho el hecho de que tenemos bastante margen para explorar el mapa y progresar en la historia y en las distintas quests que nos ofrecen de forma abierta y no necesariamente lineal. Desde casi el principio del juego podremos movernos por gran parte del escenario y realizar tareas, eventos, y progresar por distintas ramas de la historia.

Eventos de mundo, mazmorras, sótanos…

Mientras exploramos y nos desplazamos para completar la historia podremos encontrarnos con toda clase de áreas y eventos que nos invitarán a superar desafíos cambiantes en las distintas zonas.

Hay una considerable variedad de opciones aunque, obviamente, casi todas ellas van a implicar alguna clase de combate. Con esto hay que decir que el juego apunta a una enorme cantidad de contenidos y a muchísimas horas de juego.

Un detalle que también resulta curioso es que podremos participar en estos eventos y desafíos con otros jugadores que nos encontraremos por el mundo de Santuario y es que, este Diablo IV parece que es lo más cerca que ha estado la franquicia del género MMORPG, sin llegar a serlo, por supuesto. Ahora bien, este aspecto del juego nos ha dejado sensaciones mezcladas, ya que no tenemos la sensación de que aporte demasiado a la experiencia, y aun así podría condicionarla. Aun es pronto para ver que impacto tiene este estilo MMO-Lite.

Ahora bien, tanto la libertad de exploración y no linealidad de la historia así como la posibilidad de ir a cualquier parte del mapa y poder realizar eventos viene con un precio: el equilibrio de nivel.

Equilibrio de nivel

He aquí donde entra el hecho de que el entorno se ajusta al nivel de nuestro personaje. Si bien es cierto que es algo que a nosotros no nos gusta absolutamente nada, ya que progresar en nivel aquí no implica volverse más fuerte, también es verdad que dicho equilibrio de nivel nos va a permitir movernos libremente por el mapa sin que saltarnos algunas zonas implique que luego éstas no vayan a ser relevantes. Ahora bien, creemos que habría otras formas de hacerlo mejor que no igualando el nivel de los enemigos al de nuestro personaje.

El combate

Como ya mencionábamos antes, éste es uno de los ejes principales de Diablo y cualquier ARPG. En este caso nos encontramos con un sistema bastante bien construido, que hereda del Diablo III directamente, pero en el que se depuran y perfeccionan bastante todos los sistemas. O eso es lo a que a nosotros nos ha parecido.

Nos encontraremos con grandes cantidades de enemigos, pero no tantos como en Diablo III. Hay una menor cantidad de enemigos pero son algo más significativos, con menos “trash mobs”, al menos en el principio del juego. También nos encontramos con un estilo algo más lento donde parece que se pretende que seamos algo más conscientes de nuestras acciones en lugar de lanzar habilidades sin parar en todas direcciones. No quita que sigue siendo un juego considerablemente rápido donde siempre estaremos matando a grandes cantidades de enemigos y muy rápidamente con según que builds.

Las clases

Para enfrentarnos a las hordas de demonios dispondremos de 5 clases, a saber: Bárbaro, Hechicero, Pícaro, Nigromante y Druida.

A lo largo de la beta hemos jugado con todas y podemos decir, por lo general, que se sienten bien y variadas, aunque hemos notado enormes diferencias de poder entre unas y otras. Esto suele no ser muy relevante en el early game pero nos preocupa algo el balance.

Si bien todos los personajes eran capaces de lidiar con todos los desafíos, nos encontramos con que el nigromante podía pasar por encima del contenido como una apisonadora, mientras que jugando con el druida tenías que plantearte seriamente qué combinación de habilidades era óptima para progresar en nivel veterano.

Por suerte, el sistema de habilidades nos permitía bastante flexibilidad a la hora de construir los personajes e ir probando las builds hasta conseguir la óptima.

Las habilidades

Comparativamente con títulos como Lost Ark, nos encontramos en Diablo 4 con habilidades más sobrias y menos excesivas, pero suficientemente resultonas. Y con un buen nivel de personalización para nuestras builds. En nuestra opinión, la variedad de opciones que tenemos a la hora de construirnos al personaje parece bastante razonable.

Dispondremos de un árbol de habilidades dinámico, que podremos cambiar en cualquier momento, pagando una cantidad pequeña de monedas de juego. Dispondremos de una opción principal que define la skill, una mejora y dos opciones mutuamente excluyentes que se ramifican.

Habilidades básicas, principales, de control, con cooldown, de protección, todas estas jugarán un rol diferente y cada una de ellas nos ofrecerá entre 3 y 4 opciones por tipo de habilidad. Sin embargo, no estaremos obligados a escoger una habilidad de cada tipo sino que podremos mezclar, un poco libremente, siempre que invirtamos los puntos adecuados. Para explicarlo más claramente: podemos jugar un mago y que 3 de nuestras 6 habilidades sean escudos, por ejemplo.

Es algo que nos ha gustado bastante: que podremos construir al mismo personaje de varias formas diferentes para hacerlo sentir como una clase casi distinta. Además, parece, que la variedad es la justa. No nos sentiremos abrumados por las elecciones al más puro estilo PoE, pero tampoco constreñidos. Tendremos suficiente variedad para construir (al menos en los primeros 25 niveles. No sabemos hasta qué punto la cosa se verá limitada en el endgame).

Apartado gráfico y ambientación

En el apartado visual el juego responde bastante bien, representando de forma impecable, visualmente, aquello que nos cuenta la historia. Escenarios grandes, con gran detalle y un gran trabajo de iluminación, dan lugar al entorno desolador, hostil y despiadado que plantea la trama del título.

Santuario se desmorona y esto podremos verlo claramente en todos los entornos por los que nos moveremos y en las gentes que pueblan dichos lugares. Aunque esto puede parecer algo deprimente, lo cierto es que hay cierta belleza en su representación, sobre todo cuando es sazonada por la gran banda sonora, que resalta muy bien cada momento del juego.

En general, consideramos que Blizzard, en Diablo IV, ha clavado la esencia y la ambientación del juego, al menos en lo que hemos podido ver a lo largo de esta beta.

El diseño de personajes

No ha estado tan acertado, por contra, en nuestra humilde opinión, en el diseño de los personajes. Para empezar porque disponemos de un creador bastante limitado. Y porque estamos obligados a ajustarnos al tipo de cuerpo y cara que han elegido para cada personaje.

Entendemos perfectamente la necesidad de incluir toda clase de cuerpos para que podamos crearnos a los personajes que queramos, pero resulta un poco molesto el hecho de que, obligatoriamente tengamos que escoger un tipo de cuerpo asociado a un personaje. Por ejemplo, si elegimos nigromante, tendremos que escoger a un personaje que es extremadamente delgado.

¿No habría sido más fácil e inclusivo poner los tipos de cuerpo independientes de nuestra clase? ¿Es que no puede haber nigromantes con sobrepeso?

Fuera de esto, tampoco ayuda que haya poca variedad de pelos, pocas opciones de colores y escasa posibilidad de detallar al personaje. Estamos de acuerdo en que es vista “isométrica” y que nuestro personaje va a ir bastante tapado con la armadura y el casco. No obstante, nos habrían gustado más opciones de personalización o más libertad en las opciones que ya nos dan.

Problemas técnicos

Por último y aunque no creemos que sea algo preocupante a largo plazo, hemos podido notar en la beta cierta cantidad de problemas: desde desconexiones, muros invisibles, transiciones imposibles en el mapa, lag…

En principio creemos que todo esto estará solucionado para su salida, pero parece que hay bastantes cosas por corregir aún.

Conclusión

Un Diablo IV que bebe mucho de su predecesor pero que, en nuestra opinión, mejora su jugabilidad con respecto a éste. Aunque son considerablemente parecidos, este título pinta mejor que Diablo III a nivel de jugabilidad y, por supuesto, a nivel visual, ambientación e historia. Una historia que parece que vuelve, un poco, a sus orígenes en cuanto a su madurez y oscuridad. Ahora bien, aun a pesar de todo, parece no estar cuajando demasiado entra los puristas del Diablo.

Parece un buen ARPG en el que podremos matar gran cantidad de monstruos, con buena variedad para builds, sin que te abrume como el PoE. Con un gran diseño visual y sonoro, y un montón de horas de contenido, Diablo IV se postula como una gran opción del género.

Con esto finalizamos estas primeras impresiones de Diablo IV tras la beta abierta. Esperamos que, si no has tenido ocasión de probarlo tu mismo, te ayude a hacerte una idea de lo que se cuece en este nuevo título de la franquicia.